miércoles, 20 de mayo de 2009
Lo blanco negro...
Si. Efectivamente señora (como diría nuestro buen amigo porerror), si hay algo que me molesta de sobremanera es que me intenten hacer ver lo blanco negro. He dejado correr los días para no escribir este post en caliente. Intentando con ello no encenderme y analizar las cosas con más perspectiva. A pesar de ello sigo viendo de blanco lo que nos quieren hacer ver negro. Podría poner muchos ejemplos de esta situación que comento, pero han sido dos de ellas las que me han hecho explotar ante tanta caradura. Dos "verdades" absolutas que se han repetido hasta la saciedad. Esta es la estrategia. Repetir y repetir. Esto no es nuevo, Joseph Goebbels ya lo puso en práctica y comentó: "una mentira repetida mil veces se acaba convirtiendo en una verdad". Vamos a lo que vamos y os refresco la memoria de las "verdades" de la semana pasada:
1. La afición del Athletic de Bilbao es una gran aficion. Aficion modélica, entrañable, pacífica, respetuosa, afable, con solera...incluso graciosa.
-Esto sería verdad si hubieran respetado el himno de un País, si guardaran de forma valiente un minuto de silencio en San Mamés cada vez que ETA se cobra una víctima, si no lanzaran objetos al terreno de juego, si no insultaran a los sevillanos con aquello de "yonkis y gitanos
2.No hubo una gran pitada generalizada cuando apareció el Rey en el palco de Mestalla y sonó el himno nacional.
-Esta me molesta especialmente. Sobre todo por la obscenidad con la que se censuró el acontecimiento por parte de TVE y por el tratamiento dado por los medios de comunicación afines al Gobierno. Comentaba Raúl del Pozo en su conlumna que en la final de Copa se pudo apreciar mejor el "estado de la nación" que en el propio debate que se celebró de forma paralela en el congreso.
Me gustaría precisar algo de este post. No estoy hablando de política. Hasta el momento no lo he hecho en este blog y tampoco tengo pensamiento. Solo estoy expresando el malestar que me crea el hecho de que te quieran imponer una una visión falseada de los hechos, que te quieran hacer comulgar con ruedas de molino como si fueramos imbéciles. Insisto, estoy seguro de que se os ocurren mil ejemplos más similares, pero quizás estos hallan venido a colmar el vaso de mi finita paciencia.
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