jueves, 12 de marzo de 2009

Manuel

Manuel es tan buen músico como buena persona, y eso ya es mucho decir. Muchos lo conocen por Manolo Calleja, otros simplemente Calleja. A mi me gusta llamarlo Manuel. Se trata de un tipo que vive por y para la música. Desprendido, generoso, inquieto. Su música, como su persona, denota un estilo lleno de contrastes, de opuestos. Capaz de elaborar finas y exquisitas melodías entre compases gruesos e inquietos como sus dedos curtidos en el empuje de la cuerda contra el mástil. Su inquietud, su inconformismo y la continua búsqueda, le ha llevado a expresarse a través del contrabajo y el piano, sin olvidar a su pequeña compañera de viaje: la melódica. ¿Por qué conformarse tocando un solo instrumento cuando se pueden tocar dos?

Se formó de manera autodidacta en su querida "serva la bari" junto a su gran amigo y batería Jimmy Castro
Con una ingente labor formativa a sus espaldas ha tocado con grandes figuras del Jazz como Barry Harris, Bruce Forman, Joe Pass, Ben Sidran, Wagner Tiso, Mike Mossman etc. así como con figuras del jazz y el flamenco español como Rafael Riqueni, Jorge Pardo, Dorantes, Gerardo Nuñez, Perico Sambeat, etc.
Aquí lo tenemos en el Festival de Jazz de San Sebastian hace ya algún tiempo...

Con uno de sus primeros grupos, "Hixcadix" junto a Abdú Salim, Manuel Perfumo, el popular "Chano" Domínguez y Jimmy Castro, consiguió el primer puesto de la "Muestra Nacional de Jazz para jóvenes interpretes" organizada por el Ministerio de Cultura -instituto de la juventud- en Ibiza. El premio consistió en la edición de un disco/LP, algo que entonces no estaba tan al alcance de los músicos como lo es en la actualidad.

Mucho ha llovido desde aquél LP hasta "Callejeando". Un disco íntimo y personal de composiciones propias. Destacan los temas "Ombú, "Tokinike" y "Gaspacho"

Otros temas indispensables de Manolo Calleja que no aparecen en este disco son: "Llegó septiembre", "Octubres", "Dantantan" y el precioso tema inspirado en el poema de Rafael Montesinos "La pared".

Aprovecho este post dedicado a mi tio Manuel, para invitaros a que acudáis al concierto "Manuel Calleja Trio + Jorge Pardo" que se va a celebrar el jueves 26 de marzo en el "Teatro Duque"-Sala La Imperdible a las 21:00. Precios: 10 € para el público general / 5 € a la Comunidad Universitaria. Taquillas abiertas desde las 19:00 h. Aprovechad y desempolvar los carnéts de estudiante para ahorraros unas pelillas.



Un abrazo.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Gracias... me emocione.. me asaltaron recuerdos... que sin caer en la nostalgia la acariciaron e hicieron que despegara en un vuelo cargado de risas y peleas sin violencia y con mucho cariño de tardes de domingo entre un niño grande con dos de sus sobrinos... como un planeador que nunca toca tierra que continua sin fin surcando los vientos del tiempo, quiero seguir volando sin levantar los pies del suelo, de todas formas te prometo que tratare de aprender a ir poco a poco cogiendo altura y cuando llegue a la cota mas alta te llamare para que me perdones...
Manuel.

Germán dijo...

Sin duda no podemos perder la facultad de volar. Volar a través del tiempo y de la nostalgia, volar a traves de las ilusiones y de las esperanza, volar... y si en algún momento nos caemos, saber remontar el vuelo de nuevo. Ahora bien Manuel, espero que cuando llegues a la cota más alta no te haga falta llamarme para pedirme perdón, pues intentaré igualmente estar en la misma altura y seguro que nos veremos y podremos echar unas peleitas....

Manuel dijo...

Hola German,al principio de mi tratamiento, hace ya mas de un año, escribi esta carta, que jamas envie, a mis compañeros de batalla en antros y bares vacios. Me gustaria compartirla contigo y por eso te la mando a este rinconcito que me has dedicado en tu blog.
"CARTA A LOS ESPECTROS"
Queridos amigos de plástico, estoy muy contento de poder transmitiros buenas nuevas de mi puño y tecla. Como sabréis, por lo estupendos sistemas de comunicación de que disponemos en estos días que corren, mi recuperación como persona va en progreso y a buen ritmo. Esto me permite percibir una realidad mucho mas hermosa de la que me rodeaba en esos días “felices” en los que compartimos tantas tardes y noches de asueto regadas de alcohol y drogas. Ahora y a pesar de no tener ganas de veros, os aseguro que no os echo nada de menos. Aunque os recuerdo desde el mas absoluto olvido de vuestros nombres y vuestras caras, conservo la imagen fuertemente grabada, de la sinceridad de vuestra falsedad, en lo mas recóndito de mi disco duro( antes no tan duro, afortunadamente ahora mas, como otros componentes de mi hardware, gracias a la decidida y deseada abstinencia).Allí en ese lugar de la memoria donde se arrojan las cosas que se cree que se quieren borrar y que sabiamente la poca cordura que me alumbraba en el pasado supo guardar en la papelera de reciclaje. Supongo que para prevenirme y guarecerme de la lluvia de necedades y palabras huecas de las que tan frecuentemente disfrutaban mis oídos, antes en vuestra compaña y ahora sin ella, pues a pesar de nuestra separación física, aun me llegan vuestras voces. No sabéis cuanto lamento que malgastéis el preciado y escaso tiempo del que nos brinda esta breve vida en recordar mi somero paso por vuestro país de sueños y ensueños, con sus fronteras de rayas de color blanco, y castillos de botellas sobre montañas de nieve que se derriten noche tras noche al llegar el temido día con su achicharrante sol, que tanto daño hace a vuestras fotofobicas pieles. No sabéis cuanto os agradezco tanta estima y dedicación a mi, esta humilde o tal vez vanidosa persona, que trata serenamente de conocerse mejor. Se que tristemente no podemos caminar juntos de la mano por este camino, llamado de la purificación con cierta sorna por algunas voces , voces estáticas, que no caminan, que suenan y no se graban ni escriben, voces mudas que no crean nada, que presumen de gritar sabiduría en la universidad de los filósofos de barra, los psicoanalistas de cuarto de baño, de los pintores que no pintan, los escritores que no escriben, los músicos que no tocan y los bailarines que solo bailan al son de las bolsas de cocaína y las carteras de los descuidados buscadores de amistad y cariño en un lugar equivocado. Ya no quiero evadirme de mis miserias, quiero luchar con ellas y con mis defectos en el mismo bando, para conocernos mejor y dejarnos vencer. No quiero volver a regocijarme en mi dolor y así justificar nuestros encuentros. Queridos espectros, no os imagináis cuanto me alegro de no veros. Cuidaros y recordad, como dice la canción, que el plástico se derrite si le da de lleno el sol...

Germán dijo...

Leo tu carta a los infames. Me haces comprender el calvario de lo pasado y de la "felicidad" sustentanda en el tranpantojo de la noche. Leo y surge en mi el orgullo de ver a aquél que comienza a andar y volar (qué importante) por sí mismo, sin muletas de alta gradación ni alas de polvo blanco, de aquél que comienza a tomar las riendas de su destino bajo los "efectos" de la sabiduría y no de los falsos, efímeros y perversos placeres de las drogas. Orgullo de aquél que deja de mirar hacia abajo, de buscar en el fondo de un vaso para levantar las mirada y descubrir y redescubrir el cariño de los que siempre han estado ahí, de los que nunca dejarán de estar...
Animarte a disfrutar de la música por la música, y como no, nos sigas haciendo disfrutar a los demás.
Un abrazo.